¿Quién dice que no, amor?
¿Quién dijo miedo?
Cuando gritan mil miradas mil estrellas en el cielo;
puestas ahí, para ti
te invade el frenesí de un recuerdo que,
como una nube de Neruda
guarda en las bodegas botellas
del tekila de los besos. Y
en "el culo la botella" aquel gusanillo...
cuando piensas que quizá siga mirando a los
ojos
a tus fotos... ¡Qué dolor!
se embriaga la memoria y cae del cielo
y ¡POMM!;
se dió en todas las aceras
y la sangre colocada de ese hada que bombardea:
INSPIRACIóN:
Me quedé sin rojo
y cogí el rojo de tus ojos
para pintar en mi sien
éste atardecer tan flojo:
que desde que no estás
tooodas las mañanas desayuno cloroformooooaaah!
Solo la ducha sirve de capucha
para una mente dispersa de cosas concretas,
ese chorro me recuerda a los principios
y vuelvo a ser una niña en la barriga:
el agua me protege:
cada vez que lloro aborto una llamada de
telefo-NO!
ahogo en un grito cojo, lamentos
vestidos de belleza,
porque la tisteza viene sola.
Añoro-deseo-quiero
perder a esta sinrazón
perdida en la profundidad de un corazón
atravesado de no saberes-porqueres
ni cuándos.
De
tener un aroma, un martillo, una droga
en la sien
de tu persona.
Evoluciona la mariposa
del cosquilleo de volverse a enamorar:
Y es que, cada vez más, fui cambiando:
los resfrescos por cerveza
los cubatas por poemas
los sueños por letras sueltas en una cartera.
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