Evolution homosapien

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Homosapien evolution

domingo, 26 de agosto de 2012

DIVERTIDÍSIMO


Me hizo gracia ayer cuando
desperté.
Bajé las escaleras y
me comí tu lámpara.
Hoy me desperté
en casa de mi madre.
Es extraño:
No me acordaba de nada.
Ni me dolía nada.
Ni escalera.
Ni lámapara.
Pero me di la vuelta 
para buscarte.
Entre las sábanas.
Y encontré un cojín.

LO QUE PIENSA UN LOCO


Cinco tablas libres
para hacerme una casa
donde
me guardes el día que me muera.

En los ojos del muerto
se esconde
un secreto verde que...
Siempre está ahí: mirándote.
La luz lo hace verde.

Luego solo será silencio.
Lo que queda tras el ruído.
Tras el espacio.
Tras todas las cosas tangibles o no.

Mi casa nunca fue mi cuerpo.
Mi vida fue del aire:
volátil como una hoja seca.

Y tras ver desde dentro,
los ojos desde fuera: se duda
de los valores un día admitidos,
de las convicciones...

Sopesar las cosas, su certeza...
Y pensar que toda la vida la pasé
creyendo que estaba loco...

Un loco no piensa.

SIN TÍTULO POSIBLE


En los cáncamos fotos viejas.
Un agujero en el sofá.
Un teléfono que no suena.
Cinco centímetros de más.
Sobre la cama una manta de croché,
y, sobre ésta un niño Jesús...
¡Al que besabas!
Y tres caminos que parten
del final de cada ojo,
más,
mil afluyentes de los labios.
Y dos colinas heladas
que extrañan, a veces, unas manos.
Y saborear los días... Y, tener
todo el día para saborearlos.
Y mil cajones y mil sillas.
Vacías, cerrados...
Pero una sonrisa siempre
¡Hasta las patas de gallo!.

EN PROCESO DE ÓXIDO


Me sobra medio día.
Me sobra la comida.
Me sobra la playa.
Y la juerga.
Y la saliva.
Me sobra esta cafetera repleta de vapor.
Me sobran las horas.
Y media habitación.
Me sobra la bañera.
Me sobra medio colchón.
Me sobra medio pecho.
Medio cuerpo.
Media yo.

ME VOY MEDIA HORA DEL MUNDO

Solo media hora.
Probé el asenta. No me gustó.
Solo media hora.
Para estar junto a tu cuerpo.
Sin valores, sin prejuicios.
Soy totalmente libre en una jaula
de grillos callados. Y hablo.
Por los codos, por las orejas,
por los ojos. Y me ahogo.
Pero no muero en éste agobio.
Veo normal lo obsceno. Y no paro.
No pienso porque no da tiempo.
Suena la alarma a los treinta minutos
de haber muerto. ¿Vuelvo a la vida?
Y doce horas seguidas:
Piso el suelo, desayuno, almuerzo y ceno.
Miro la caja tonta.
Leo.
Pienso, demasiado.
Y juego a imaginar que te cruzarás conmigo
de camino a la cocina.
Me siento en el sofá inmenso.
Veo un agujero negro, a mi lado.
Y me tiro de cabeza.
Me voy media hora de éste mundo.

LAS NOCHES DE VERANO


Recuerdo las noches de verano.
Cuando me sentía tan sola.
Lo confundía todo.
Las 00.00 sabían a cigarro 
que contemplaba la luna.
Con una cerveza buena:
saboreando cada estrella.
A solas conmigo en la totalidad.
Era otra manera de sentir.
Recuerdo, aquellos pensamientos
que quedaron guardados para siempre.
Tiré la llave con cada atardecer.
La playa con la luna.
Los amigos.
Extrañarte tanto para nada.
Ahora lo pienso y la nostalgia me envuelve.
Contradictorio sentimiento.
Sábado noche:
Me vestía para salir.
En busca de lo que nunca encontré.
Pero me crucé con experiencias inolvidables.
Nunca hay que arrepentirse del pasado,
por muy bueno que parezca el presente.
Los viernes decadentes:
llegando a casa, dónde sólo me esperaba
mi conciencia y una caja con imágenes
que me ayudaba a desaparecer por un rato.
Lunes llenos de sueño.
Martes llenos de miércoles.
Jueves llenos de estrés.
Y otra vez viernes.
Ya dejaron de existir los sábados.
Y ahora mis días son todos domingos
por la tarde.
Y todos saben a bolígrafo de recuerdos
y a tachones sobre papel.

AQUÍ HACE FRÍO




Todos los días que la veo: 
¿Quién será esa mujer?
Su rostro pálido. 
Los volantes azabache de debajo 
de sus ojos.
Su piel.
Su boca cerrada.
Su cuerpo casi etéreo.
La ausencia de sus pechos.
La risa: ¿se la olvidó?
Sus manos angulosas.
Sus hombros castigados:
¿Quién será esa mujer?
Su ropa vieja y triste, esconde
su feminidad, no la deja crecer.
Su espalda esclarecida.
En el espejo asomada a mi vez,
cuando busco mi reflejo:
¿Quién será esa mujer? 

VOLVER


Ya no hay viento de tormenta.
Ya no suenan las campanas.
El ruido se lamenta con
el chirrío de una ventana.
Las persianas caen desplomadas.
El hogar se vuelve oscuro.
Una odisea terminada en
el mundo de lo absurdo.
Se retuercen los ojos hacia atrás.
Se erizan los bellos en la piel.
Se siente en los poros la humedad
y todo empieza a desaparecer.
Buscan mis rizos las nubes
como ramas de mi cuerpo.
Busca mi lápiz el papel
como desahogo eterno.
Labios que abrazan sonrisas.
Ojos que tocan miradas.
Manos que hablan...
lo que el oído se calla...
Y oler la hierba mojada.
Coser retales de rabia.
Vestir con traje de ganas.
Y volver a ti.

PUTO AMOR


Ahora mismo no te extraño.
No es que me des igual...
Pero no te sitúas entre lo más importante.
Soy así de cruel contigo; 
soy así de fiel conmigo.
Y no me arrepiento.
Hay días que no te aguanto,
hay gestos que desantan mi furia.
Hay momentos explosivos que dominan mi noción.
Y se agobia, se agobia.
Entonces paro a pensar.
Cuando te hartes de mí. 
Cuando no quieras volver atrás.
Cuando puedas vivir sin mi ocasional arrogancia:
adoradora caeré a tus pies. Y lloraré
como una plañidera bien pagada.
Me moriré por tu amor. 
No habrá labios en la tierra que desee
con igual desespero.
Y mientras muero de pena me diré:
¡Qué puerco el amor!,
¡Qué rabia, asco y dolor!,
¡Qué inevitable todo, a la vez que necesario!.
Se me sellarán los labios.
Se me pudrirá la lengua.
Se me secarán los ojos.
Se detendrá mi razón:
PUTO AMOR.

jueves, 23 de agosto de 2012

PEN-SA-MI-EN-TO


PEN-SA-MI-EN-TO.
Mientras pienso PEN-SA-MI-EN-TO,
pienso veinte cosas más.
Pensamiento: vertedero de conciencia.
Agujero insolente en al cabeza.
PEN-SA-MI-EN-TO: piensa, piensa...

VOLANDO


Volando entre adoquines.
Noches para respirar humo
y beber abrasivos.
Y en un colchón mal quemado
unos huesos mal parados.
Pero no son míos.
Una boca siempre,
que no es la tuya.
Y unos dientes derruídos
por el tabaco, y lo que no es.
Aliento a wisky barato.
Y resaca de mil demonios
incrustada en el corazón.
De cerveza.
De vino (y se fue).
De piña con malibú.
De amores de pared.
De manicuras gastadas
que sujetan un ron miel.
De wcs que no son el mío.
Y sobre ellos
de levantar la cabeza
y que no estés tú.