Es curioso como todos acabamos pensando las mismas cosas a lo largo de nuestra vida De una forma u otra, pero con la misma interrogación innata, nos preguntamos ciertas cosas en ciertos momentos.
Ahora quiero hacer referencia a la fragilidad. Hace ya unos meses vengo pensando en ella. Es tan asombroso ver que todo aquello a lo que uno se aferra creyendo que es para siempre puede derrumbarse en cuestión de un segundo, con un puñetero soplido. Y tú sin poder hacer nada, más que dejarlo caer.
Esa impotencia que en ocasiones sentimos por la imposibilidad del fenómeno de los acontecimientos, nos lleva a pensar en nuestra propia fragilidad. La fragilidad del cuerpo. La fragilidad del momento. Y del tiempo.
¿En qué nos basamos para mantener ese instinto de supervivencia?
¿Qué nos impulsa a seguir? Si sabemos que tarde o temprano la fragilidad vencerá a nuestro cuerpo...
¿Qué es lo que hace que día a día nos postremos ante lo adverso y luchemos por esperar un poco más a la muerte?... Quizá sea el olvidarla, viviendo, simplemente por vivir.
A veces no existen razones fundamentadas para ciertos hechos, y precisamente esos son los que se sienten de verdad, desde dentro.
¿Se podría decir que la razón en ocasiones limita al humano a sentir?
Nos invaden unos tiempos de escasez emocional, de frío mental, de estatuas marmóreas que andan por las calles de siempre, en el planeta de siempre... Aquí, donde nada es suficiente, donde todo pasa desapercibido, donde no existe juicio real ni valores justificados... una sardina cualquiera está dispuesta a gritar... aunque sólo la escuchen las de su misma lata. Porque señoras y señores... podremos perderlo todo pero también no callar nunca, la palabra es omnipotente... siempre lo fue.
Evolution homosapien

Homosapien evolution
lunes, 20 de febrero de 2012
domingo, 19 de febrero de 2012
SOMBRAS
Sombra aquí.
Sombra allá.
Maquíllate para no salir.
Para quedarte en casa viendo las horas pasar.
Tu cena, tu libro, tu silla y tu terraza: verano.
Olor a mar, a soledad deseada, a paz.
Sentimiento de plenitud frente al mar,
frente a la luna llena y su embrujo.
Frente al sonido de las olas, tú y tu cuerpo y nada más.
Cierra los ojos, entiende lo que sucede y fluye con ello,
y déjate llevar. No hay nada que pensar...
por éstas cosas vale la pena llorar.
Sombra allá.
Maquíllate para no salir.
Para quedarte en casa viendo las horas pasar.
Tu cena, tu libro, tu silla y tu terraza: verano.
Olor a mar, a soledad deseada, a paz.
Sentimiento de plenitud frente al mar,
frente a la luna llena y su embrujo.
Frente al sonido de las olas, tú y tu cuerpo y nada más.
Cierra los ojos, entiende lo que sucede y fluye con ello,
y déjate llevar. No hay nada que pensar...
por éstas cosas vale la pena llorar.
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